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Módulo 2. Inteligencia emocional en el liderazgo.
Generando el clima emocional para una jornada exitosa
El viernes anterior a la jornada, cada equipo se preocupó de confeccionar las exposiciones
acerca de sus logros, sus próximos desafíos y las posibilidades que veían para la gerencia.
Matías observaba expectante cómo entre todos planeaban la exposición y se repartían las
labores y responsabilidades. Lo que más llamó su atención era el clima de respeto y
optimismo que existía, junto con la manera como sus compañeros se escuchaban.
El día de la jornada, todos los miembros de la gerencia, desde Juan Pablo Amar, hasta el Junior
del área, se reunieron en un hotel a las afueras de la ciudad para realizar la jornada de trabajo
correspondiente al segundo trimestre del año.
Matías se sentía francamente incómodo. Si bien, la conversación con el gerente y ver cómo sus
compañeros se relacionaban entre sí, le habían hecho abrir su mente, aún seguía sin
comprender la necesidad de lidiar con otras personas y dejar su trabajo abandonado.
Al iniciarse la jornada, el Gerente destacó la importancia del compromiso y entusiasmo en
todos y cada uno de los integrantes del equipo. Al final de cuentas eran éstos los
responsables de administrar que sus funciones, responsabilidades, metas y deberes tuvieran
un buen desempeño y lograran el cumplimiento de los objetivos comprometidos.
Acto seguido, Juan Pablo pidió a cada persona que, en una palabra, o frase breve,
expresara cómo se sentía y con qué disposición llegaba para vivir esa jornada. Partió por
él mismo, diciendo: “Yo vengo con todo mí SER, muy contento y al servicio de
todos”. Y así, uno a uno, fueron expresando su sentir.
Al llegar el turno de Matías, Amar sintió su incomodidad y le dijo que no era obligación decir
algo y que no pasaba nada si prefería abstenerse en esta ocasión. Sin embargo, Matías,
desafiando todos sus prejuicios, expresó, “yo vengo expectante y con disposición a aprender”,
ante lo cual Juan Pablo respondió con un “gracias Matías”.
A continuación, el Gerente presentó la agenda del encuentro y las normas de comportamiento
que se debían seguir. La idea era que el desarrollo fuese ordenado y, por lo tanto, eficiente y
productivo.
“Estimados, éste no es un día de relajo, es un día de trabajo, pero marcado por la capacidad de
escuchar, de apertura y flexibilidad y al mismo tiempo, nuestras conversaciones estarán
sostenidas por ciertos acuerdos y compromisos en un clima de respeto y confianza”, sostuvo
Amar.
La jornada se fue llevando a cabo siguiendo los estándares planteados por Amar. Así, cada
equipo fue exponiendo sus logros, fracasos y aprendizajes, además de las oportunidades
que veían a partir de aquello. Éstos eran evaluados y entre todos planeaban fórmulas
eficientes para solucionarlos problemas y enfrentar los desafíos. Las críticas eran
escuchadas con respeto y cada uno tenía la opción de expresar su pensamiento, sin miedo a
ser criticado. Sin duda, el clima emocional existente entre los integrantes del equipo y el Gerente
fue un factor clave para el exitoso desarrollo de la jornada de planificación.
A medida que avanzaba el día, Matías fue relajándose y cuando le tocó su turno de exponer, lo
hizo sin mayores inconvenientes, sorprendiéndose a sí mismo por su confianza. Sin duda, Juan