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Módulo 1. El fenómeno del liderazgo.
La gran diferencia entre la comunicación humana y las máquinas es: la interpretación. Es decir,
cada vez que escuchamos algo, lo cargamos de un sentido o interpretación según el observador
que somos.
El Modelo del Observador nos permite distinguir qué escuchamos desde el observador que
somos.
Igual que al observar, cada uno interpreta lo que escucha y esa interpretación es diferente por
diversos factores tales como:
• nuestra biología;
• el contexto donde nacimos;
• nuestra historia;
• nuestra emocionalidad, etc.
Por lo tanto, para fortalecer nuestra escucha resulta importante aceptar y respetar al
otro como un observador distinto de mí. Legitimar al otro resulta imprescindible para ejercitar
una escucha activa y se constituye en una poderosa práctica de liderazgo.
De esta forma, el desafío de aprendizaje que se presenta es preguntarse cómo los demás se
sentirán escuchados por mí. Y, por otra parte, preguntarnos qué nos impide escuchar a los
demás.
Prácticas de Escucha Activa
Si queremos fortalecer nuestra habilidad de escucha activa, les invito a responder las siguientes
preguntas:
¿Cuántas veces, mientras el otro te habla, te vas a tu propia conversación interna y dejas de
escuchar lo que te dice? ¿Cuántas veces crees que ya sabes de lo que te están hablando? Y
por último, ¿podemos escuchar sin sonidos?
Estas preguntas nos invitan a reflexionar sobre la importancia del lenguaje corporal y gestual.
Hay estudios que confirman que las comunicaciones humanas suceden en un 70 % a través del
lenguaje corporal.
Por lo tanto, es imposible no comunicar porque nuestros gestos y movimientos corporales
siempre están siendo “escuchados/interpretados” por los demás.
Otra poderosa pregunta de autoconocimiento es: ¿qué “escucharán/interpretarán” de mi
lenguaje gestual y corporal mis colaboradores, jefes, compañeros de trabajo, familia, etc.?
Habitualmente, uno de los principales enemigos que nos impide ponernos al servicio de
escuchar a los demás es nuestra propia conversación privada o diálogo interno.
Desde el Modelo del Observador, se plantea que los seres humanos estamos siempre en una
conversación con nosotros mismos que la mayoría de las veces denominamos “nuestros
pensamientos”.
A continuación, entregamos un conjunto de prácticas o conductas que al aplicarlas nos permiten
mejorar nuestra habilidad para escuchar activamente: